1 min read

BESOS AUSENTES

BESOS AUSENTES

LA LUZ DE LA LUNA me acompaña muchas noches, cuando dejo ese bar con mi cuaderno de poemas bajo el brazo. Voy rigurosamente de lunes a viernes y me siento a esperar la llegada de ella. Estudiante del instiuto vecino, viene por la tarde, se sienta siempre en el mismo lugar, pide un té y abre la laptop. Concentrada en alguna tarea que solo interrumpe para mirar el celular, leer o escribir un WHATSAPP. Yo la observo, imagino mi vida con ella y la traduzco en poemas de AMOR. No le he dicho nada, pero que lindo verla, soñar y escribir mis versos. Ayer la tarde estaba muy fría y una pertinaz llovizna acentuaba aún más la baja temperatura. Pensé que con ese TIEMPO no vendría. Cuando decepcionado iba a abandonar mi atalaya, el milagro de sus pasos me devolvió la ilusión. Entró completamente mojada, El cabello rubio pegado a su frente, pidió el té. Me pareció que tiritaba de frío mientras sus finas manos abrazaban la taza, como en una oración implorando calor. Rápidamente terminó su bebida, y salió alejándose en medio de la grisura de la llovizna. Hoy de mañana amanecí con 39 grados de fiebre. El doctor me dijo que era normal con este clima, seguramente debido a un enfriamiento. No le dije nada. Cuando ella se fué, besé la marca que el carmín de sus labios dejó en el borde de la taza. El doctor no comprendería como enferman los besos ausentes. Pero este amor recién empieza, es solo el COMIENZO.